Una historia Taoísta cuenta sobre un hombre viejo que accidentalmente cayó en los rápidos del río dirigiéndose a una alta y peligrosa cascada. Los curiosos temían por su vida. Milagrosamente, salió vivo e ileso río abajo en el fondo de la cascada.
La gente le preguntó cómo se las arregló para sobrevivir: "Me acomodé al agua, no el agua a mí. Sin pensar, me permití ser moldeado por ella. Muy profundo en el remolino, salí con el remolino. De esta manera es como sobreviví."
A veces luchar contra las condiciones externas o con lo que nos sucede internamente, es complicado. Nos deja ansiosos, agotados,… en continua pelea. Frente a esto, aceptar la situación, dejarnos influir por ella y movernos en armonía, en lugar de con lucha, puede salvarnos la vida.
Sabia enseñanza para tiempos inciertos que todos podemos aplicar.